Arpegio
Absortos, desordenados
por la alfombra, por el suelo
se abrazan en un rincón,
se acurrucan los recuerdos.
El sol, la luz, el hogar,
las chispas de aquellos leños
resuenan tras el cristal
mientras arden los deseos.
Por la estancia Schubert vuela
acuna y arrulla a un tiempo
dulcemente acompasado,
inmensamente perfecto.
En pentagrama feliz
escritas con pulso lento
notas de blanco jazmín
brillan por el pensamiento
Caricias sobre el papel
dibujan blancos intensos
donde grita el corazón
¡que no enmudezca el arpegio!.
Consuelo Aguayo Ruiz Ruano
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