lunes, 15 de noviembre de 2021

Arpegio - Consuelo Aguayo Ruiz-Ruano























Arpegio

Absortos, desordenados
por la alfombra, por el suelo
se abrazan en un rincón,
se acurrucan los recuerdos.

El sol, la luz, el hogar,
las chispas de aquellos leños
resuenan tras el cristal
mientras arden los deseos.

Por la estancia Schubert vuela
acuna y arrulla a un tiempo
dulcemente acompasado,
inmensamente perfecto.

En pentagrama feliz
escritas con pulso lento
notas de blanco jazmín
brillan por el pensamiento

Caricias sobre el papel
dibujan blancos intensos
donde grita el corazón
¡que no enmudezca el arpegio!.

Consuelo Aguayo Ruiz Ruano

¿Qué quedará después del amor? - Francisco Cesar






"Todo lo que se hace por amor,
se hace más allá del bien y del mal."

-Friedrich Nietzsche.





 

¿Qué quedará..?

¿Qué quedará después del amor,
cuando todas las estrellas dejen de fulgurar;
de qué arcilla se harán los futuros sueños;
como bordarán, los líricos, los inevitables encajes;
cómo culminarán los últimos abrazos?

Seguirán la miel y el olor a heno; las melodías;
algún que otro destello, rojo sobre negro;
los recuerdos del roce de la piel, ese tacto húmedo;
los despertares, si los despertares del verano,
perduraran en alguna recóndita memoria.

El que alguna vez mendigó estará saciado;
la enamorada ya no tendrá melancolía;
esas oscuras, hermosas tardes,
no tendrán su amanecer;
al soneto, recién empezado, le faltará el cenit.

Todo tendrá un final perfecto,
un destello borrará cualquier imperfección,
no habrá conocimiento,
ni cenizas en el reverso de la luz,
la pena será extinguida.

Amar, si alguna vez significó algo,
Hoy brillará desnudo ya de todo.
En la idea pura estará completo el resplandor.

Francisco Cesar García
3 de diciembre 2021

Caminar entre olivos - Antonio Llamas


 








Caminar entre olivos

Mujeres qué hoy caminan
olivos que siempre las miran
Cerros que si hablaran
de cuando muchachas jugaban.

Y cogían las aceitunas,
cosían y en la alberca, a mano lavaban.

Mujeres, que hoy tranquilas caminan
y que ayer no se si jugaban,
pero encendían el bracero
y corrían, corrían...

Antonio Llamas
Noviembre, 2021

Porque mis flores siguen perfumadas - Mª Antonia G. Huete












(Soneto)




Porque mis flores siguen perfumadas

Porque mis ojos aún no se han cerrado
Y el horizonte esparce primaveras
Por el jardín albar de mis caderas…
Porque mis labios aún no se han secado.

Porque mi esencia maúlla en el tejado
Y la esperanza esculpe otras quimeras
En mis astillas viejas y postreras…
Porque mis manos aún no se han cansado

Porque el amor agita mis cimientos
Y los sentidos brotan de mis huesos…
Porque amanezco plena de alboradas.

Porque despuntan vivos sentimientos
que me alimentan, muero sin tus besos
Porque mis flores siguen perfumadas.

Mª Antonia Gutiérrez Huete
10 de octubre de 2008

Cordobesa - Rosario Guardeño














CORDOBESA

Yo quisiera hablar de ti
bellísima cordobesa,
qué palabras pongo aquí
que realice tú grandeza.

Cuando naciste mujer
venías con tu belleza,
imagen de los pintores
y sueños de los poetas.

Mujer de los ojos grandes
y de perfecta silueta,
tu piel de color canela
y la melenita negra.

!Te eligió Julio Romero
para plasmarte en el lienzo!
y conquistaste en silencio
a todo el mundo entero.

Mujercita que visitas
al Cristo de los faroles,
pidiéndole te de suerte
para conseguir amores.

Paseas por Las Tendillas
y por la Plaza del Potro,
Plaza de la Corredera,
luciendo tu bello rostro.

La que le cantó Marchena,
pues todo el mundo creía....
que llegó al Gran Capitán,
el alma de Andalucía....

Le dio dos vueltas al paseo,
el potro con el braceo,
no cabía en la ancha calle....
Y al compás del manoteo
luciendo su linda talla.

¡Y aquella mujer preciosa....
de hermosura tan completa,
se va meciendo orgullosa
como en la mejor maceta
se mece la mejor rosa!

!La admiro y la respecto
observando su grandeza,
lo mismo a la campesina
que a la que tiene carrera!

Es la que enseña dormida
y la que enseña despierta,
la que lucha por la vida
con su bondad y su fuerza.

Que más pongo aquí de ti,
morenita cordobesa,
que quede por escribir,
y que la gente no sepa.

Rosario Guardeño.

Noviembre - Manuel Molina González


 







 

Noviembre

Noviembre desciende y ya no me hiere:
tu amor de las mañanas destiladas
entre el gris vestido de calles frías,
entre mis dedos ávidos de soles.

El otoño, forma impura, quiere
las visibles arquitecturas pardas,
lejos de tus mesetas y avenidas,
caras amapolas y humedales.

No temo largas tardes de café,
aunque sí la herrumbre del recuerdo
que enroscado te hace más ausente.

Lo que yo he perdido no es tu fe,
sino los días que airado muerdo
tu ausencia y este mes: todo reciente.

Manuel Molina González
Fotografía de Ana Gallego

Ahora - Andrés Osado


















Ahora

Ahora, cuando el sol
comienza a dar nombre al paisaje;
ahora, al sentir el balbuceo del río,
desfilando entre álamos de nieve;
ahora, entre el revoleteo
de aves inexpertas;
ahora, ensimismado
en las nubes pasajeras;
ahora, recorriendo
los pasos vividos en primavera;
ahora, precisamente ahora,
he descubierto
el secreto de la mar.

Andrés Osado

Rojos ocasos - Fernando Prior Castro

Rojos ocasos

El día muere con su herida sangrante;
con él mueren el sol, el río y el aire.

La tarde se baña de rojos livores.
Encendidas cerezas estallan en el éter.

El cielo es un rojo ciclamor.
Todo es rojo y granate.

Lavas ardientes se bañan en el río.
Un purpúreo ocaso anida en mi corazón.
Un hierro candente atraviesa mi alma.

Líquido metal circula por mis venas.
Abrasante vapor exhala mis pulmones.
Fuego y candela avivan mis pesares...

Yo también soy día, sol, río y aire.

Fernando Prior Castro

Las Torronteras Rojas - Pilar Barrera

 

Las Torronteras Rojas

La luna que se oculta
en su declive viejo
conversa con vosotros
en las noches de invierno

En el estío proyectan
su sombra acogedora
en el oscuro espejo
del rio que nos sigue
rodeando pueblo.

Las torronteras abren
sus protectores brazos
nos libran amorosas
del furor de los vientos.

Pilar Barrera

Las cebollas vacías - Andrés Aguilar

 

Las cebollas vacías

Un día ves que las cebollas vacías,
para rellenarlas, han picado
tu corazón en cachitos
y tus higaditos y los ajos
para hacerlas en un horno
quemando mucho.

Y vuelves de tu puto trabajo
de poeta jodido
sentado en un banco en un parque
fumando petas de marihuana
y bebiendo de una litrona
cansado de rutina
inventando ficciones de amor
y sexo.
Jodido trabajo.

Pones todo el cariño,
cariño del mundo, en buscar
ardid que dé motivo al
¿por qué te vas?

Tan ligera y sin adiós
y cuando llego de trabajar
dejo en la cocina
entre platos con adiós de moho
y odios
la botella de cerveza.

Hoy no he ganado en aguardiente
ni porros
para comprarte diamantes
falsos
ni perlas aliñadas
ni las machacadas con corazones
de esas aceitunas
que ya no recuerdas que laten.

Porque nunca serán poemas
para que seas feliz.

Cada día te horrorizo más a ti
y pienso que eres un barco murciano
sin redes ni marineros
ni ancla ni remos,
ya te veo alejarte, pañuelos adioses
y te estrellas contra bajíos
descorazonados
como mis besos
y mis sirenas alcohólicas.

No habrá más aceitunas aliñadas
ni actitudes pidiendo
permiso para hablar o para
rozar tu pellejo esquivo
en negro sobre blanco
esquivo… esquivo,
me voy a trabajar
fumando mis porros y mi cerveza
soñando pisar tu alma, descalzo,
tu alma.

Andrés Aguilar
Priego de Córdoba, 2021