Pobre marioneta
Absorta en los alambres de la nada.
Recluida en los cajones de un armario.
Excluida de las páginas de un diario.
Incluida en sus caprichos. Descuidada.
Anhelos polvorientos, su morada.
Juguete de cartón estrafalario.
Silencio y telarañas, su inventario.
En nubes de papel, amortajada.
Muñeca desechada en los desvanes
de olvidos y carencias recicladas,
que busca entre mil caras, su careta.
Figura fabricada en soledades
con hebras de caricias inventadas
por pobres manos... ¡Pobre marioneta!
Mª Antonia Gutiérrez Huete
11-2-2008
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