DESPEDIDA
El viejo rodar
de ilusiones blancas
suena en el reloj.
Latidos.
Entrañas.
Calor, corazón,
suspiros, miradas.
Gotas de cristal
sobre la ventana
murmuran sonrisas,
susurran,
abrazan,
ensueñan un sueño
junto a tus palabras.
Brillo entre la piel,
grita, estalla el alma:
“no te vayas hoy
al llegar el alba
por aquellas sombras
que el silencio calla”
Madruga el dolor
de ausencia, de escarcha.
Quietud.
Oquedad
entre espumas vanas
de ilusión. Fugaz
se va la esperanza.
Exhausto el reloj
muere con el alba,
pero no hay color,
ni rosas
ni entrañas,
duele el corazón
y quema la escarcha.
Nunca más vendrás
ni alboreará el alba,
ni verá el cristal
tus dulces palabras.
¡Mudez infernal,
silencio
que mata!
Consuelo Aguayo Ruíz-Ruano