sábado, 15 de enero de 2022

Miradas - Andrés Aguilar


















Miradas

Me siento ignífugo
entre ardientes soles que queman
mis ansias donde pacen
borregos y bestias en alacenas
de maderas barnizadas.

Mi pelo se extiende en el sutil viento
que maneja mis pelos canos
y no entra en la casa, donde,
recogido en trenzas de esparto,
curan mis quesos descuidados.

Donde se ven los ojos ajenos,
hablar es un ejercicio gimnástico,
mirándose, rebuscando en los bolsillos
desnudos, ardiendo las pelusas,
las joyas que se quedan
entre las uñas de los dedos.

Hoy me han regalado en la floristería
una flor con una lamparilla
y con asco he pagado con un beso
el estiércol con el que quieres
qué y que no habrá manera,
hacerme eterno amor.

Ostentan violines Ángeles 
de inmaculados sustentorios,
recogiendo las cenizas
que de supositorios con sus alas
vienen trayendo las plumas de sapos.

Andrés Aguilar Pérez

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