Y a Dios escribo diez cartas de papel de lágrimas
Las envío por correo certificado,
Pero él no contesta a su siervo.
¡Oh, Dios! Pues,
¿a quién enviamos los dolores que sufrimos?
Adnan Al-Sayegh.
Bendícenos
Perdona nuestra añoranza y,después, quítanosla.
Los sueños, que Tú sabes inútiles, bórralospero consérvanos el poder de evocarlos.
La esperanza que mantenemos, aunque seaa modo de teatro, cuídala para nosotroscomo una flor rara.
Esa rara condición que llamamos amorhazla crecer, aunque no tenga destino.
Perdona que no entremos dócilmente en la noche,ese pequeño pecado de arrogancia.
No nos destierres en nuestras imperfecciones,ayúdanos en los errores para que el dolor no perdure.
Bendícenos, aunque sea con voz airada.
Francisco Cesar García
Fotografía de Ana Gallego